
Pontifex gloriosus
27 enero 2022
Cuando este CeTáCeo surcaba de joven los mares eclesiásticos, «ministro de Dios» era el sacerdote, exclusivamente. «Ministro de la Eucaristía» podía serlo el diácono (diáconos de verdad), porque podía tocar y repartir la comunión.
Enseguida se deshizo todo aquello y bajo la bota del Novus Ordo de Montini se deshicieron también las órdenes sagradas. En el establishment vaticanosegundista desapareció la tonsura, desaparecieron las órdenes menores, desaparecieron los subdiáconos y hasta las consagraciones episcopales, convertidas en «ordenaciones episcopales». Y empezaron a aparecer los seglares, y enseguida las seglares (o «laicas», como les dicen), haciendo «lecturas» y luego de todo en las «celebraciones eucarísticas», para que el presidente de la asamblea concelebrante (el presunto sacerdote) no se cansase.
En la jerga de la nueva iglesia reaparecieron entonces los «ministerios». Como el principio rector del Novus Ordo es el caos creador (solve et coagula), esos nuevos ministerios (no confundir con la estación de metro madrileña) han ido así como consolidándose. Está el de «catequista», que no se sabe muy bien qué es, porque sirve para que los y las «catequistas» hagan todo lo que presuntamente tendría que hacer el presunto sacerdote. Y el de «lector», que al parecer es el beato, la beata o lo beate que ahora representa a la iglesia docente: «Recibe el libro de las Santas Escrituras y transmite fielmente la palabra de Dios para que germine y fructifique en el corazón de los hombres» les ha dicho Bergoglio el domingo a la vez que les daba una «biblia» (hasta en esto imitando a los protestantes).
«Lector» es el nombre de una de las órdenes menores, que sólo conservan los tradicionalistas al margen del Vaticano. «Ministerio» evoca las órdenes, incluso las mayores.
Quienes no vean que ya no hay ni un paso de esto a la «ordenación sacerdotal» de mujeres, es que no tienen remedio. El establishment vaticanosegundista es la anglicanización mundial de los excatólicos.
Si llegamos al próximo verano, a lo peor vemos formación de lectoras, catequistas y acólitas en los campamentos «Cruz de Borgoña».
Ah, ya. Que en las «misas» de la FCTC (falsa cétécé) ya se han visto lectoras etc. desde por lo menos los años ochenta. Que ellos están «siempre en comunión con la Iglesia Católica», como dicen en un minusválido comunicado del día 15, identificando la Iglesia Católica con el establishment vaticanosegundista.
Deja una respuesta